Me siento un momento a ver los correos. Y hay uno que hace que me detenga 8 minutos y 47 segundos.
Y siento que he recibido un regalo extraordinario.
Y me siento emocionado.
Y me siento contrariado.
Y siento que me han acariciado.
Y siento que lo han hecho con sensibilidad, cuidado, delicadeza.
Y siento que han sido 8 minutos y 47 segundos.
Y pienso que se lo pondré a mis gatas, a mis hijos, a la abuela y a Luz Marina.
Y pienso que mañana lo verán mis alumnos y alumnas.
Y pienso que les regalaré esos 8 minutos y 47 segundos a los maestros que en unas horas me esperan para que les de una conferencia sobre la construcción del plan lector (los docentes somos así de complejos).
Y sólo puedo decir:
¡Gracias Légolas!
¡Gracias!
Gracias
Gracias
Gracias
Gracias
Gracias
Gracias
Alucinante.
Sencillamente es tan sutil y a la vez tan explícito…
Un cuento maravilloso y una puesta en escena espectacular.
Felicidades a todos
Vanessa
Pues sí, quizás esa sea la palabra que no había encontrado… sutil. Gracias Vanessa.
Qué bueno! El cuento me encantó leerlo,cómo no, pero me ha encantado más escucharlo!!
Enhorabuena por tu magnífico cuento, Daniel!!! Yani
Sólo puedo decir que es una auténtica maravilla.
Felicidades a los narradores, y como no, felicidades a ti Daniel, que eres único.
Un saludo.
Son los lectores los que hacen que un libro sea único. Gracias a todos.